miércoles, 11 de junio de 2014

Una mañana cualquiera

Una mañana cualquiera


Me estoy despertando.
Los primeros rayos del sol están dando en mi cara.
Siento el frescor de la mañana rondar mis mejillas.
Me encuentro en un campo completamente florecido.
Muy cerca, oigo el sonido de un arroyo.
Todo respira a tranquilidad y paz.
Por dentro, me reencuentro conmigo mismo.
Ante mí está el mundo, desfilando ante mis ojos.

Suavemente, me voy levantando y,
a medida que me incorporo,
el paisaje aparece con toda su inmensidad,
con toda su infinitud.
Es la obra perfecta,
el motivo por el que vale vivir,
la razón de toda existencia.

Comienzo a tocar la hierba
deslizando suavemente mis dedos
por sus hojas tiernamente húmedas,
sintiendo el rocío de la noche anterior,
y me invade una sensación de alegría y alivio,
olvidando todos mis problemas y temores
y haciendo que me sienta agusto
con todo lo que hay alrededor
y conmigo mismo.

En ese momento, para mí
no hay más cosas que lo que me está rodeando,
porque me invita a perderme
en lo más preciado de este mundo:
la vida.

Texto inspirado en el tema musical Behind the waterfall (Tras la cascada), de David Lanz



Roberto M. Martínez Megías


1 comentario: